Nueva York se ha rendido a Valentino, casa italiana que ha llevado el glamour etéreo del haute couture hasta la Gran Manzana para presentar su colección Pre-Fall 2017, en la que las flores definen a la mujer más romántica y jovial.
El hotel Beekman ha sido el escenario elegido por la firma, a cuyo frente Pierpaolo Piccioli, su director creativo, ha puesto en alerta a la industria con una propuesta repleta de sensualidad.
Siluetas fluidas, que definen una cintura femenina alta, que se cubre de bordados y plisados únicos, exquisitos, en el que los estampados vegetales son un sinónimo de optimismo. Colores pastel, nudes, empolvados que dan paso a amarillos, azules y verdes, sin olvidarse del azul marino y el clásico rojo Valentino.
Guiños barrocos con toques hippies pespuntan vestidos vaporosos, con volumen, largos o cortos, en los que grandes lazadas o tops a modo de sujetador se superponen en las prendas. Valentino marca un nuevo hito. Una primavera de ensueño.