Sonja de Lennart marcó un antes y un después en la historia de la moda cuando en 1948 creó su icónica colección Capri, de la que se erigió en prenda estrella el famoso pantalón tobillero. La diseñadora alemana se inspiró en esta isla italiana para vestir de romanticismo y comodidad a la mujer, aunque sería una diva del cine americano, Audrey Hepburn, quien lograría convertir dicha pieza en un must del armario femenino. Lennart, que aún sigue viva, ha hecho de su legendaria creación una firma que defiende la autoría de un diseño revolucionario que, más de medio siglo después, continúa marcando estilo.
Sonja de Lennart nació el 21 de mayo de 1920 en Alemania en el seno de una familia de clase alta. En su juventud fue una gran atleta en las disciplinas de natación y atletismo, participando en numerosas competiciones oficiales, pero finalmente dejó el deporte para formarse en la escuela de negocios de Breslau. No obstante, desde muy pequeña se sintió atraída por la moda, aunque ante la amenaza de su padre de desheredarla si se dedicaba al mundo del diseño decidió apuntarse en secreto en el taller de costura de Erich Boehm para aprender los entresijos de su sueño. Años más tarde continuó en Berlín como aprendiz de patronaje de la sastrería y sombrerería de Herman Palma hasta que, finalmente, pudo graduarse como ingeniera textil.
En 1945, tras la Segunda Guerra Mundial, Sonja recuperó parte de la fortuna de su familia, requerida por el régimen nazi, y logró abrir en Múnich su primera boutique, aunque al principio no tuvo mucha suerte. No obstante, uno de sus originales vestidos pintados a mano resultó elegido para participar en una importante feria de moda del país, lo que la dio la oportunidad de mostrar su talento ante un público que, enseguida, se interesó por sus creaciones. Este evento se convirtió en el inicio de su fama, pues la demanda de sus diseños fue tan abrumadora que, poco después, amplió su catálogo con nuevos diseños que seguían apostando por la artesanía como motor de su particular estilo.
Abrigos, blusas, sombreros o amplias faldas que acompañaba de cinturones anchos se convirtieron en objeto de deseo, dando origen a una colección hiperfemenina que bautizó como Capri, nombre que respondía al amor que sentía por esta isla italiana y que acompañaba, además, a una famosa canción de la época que siempre tarareaba.
Pero, en su constante búsqueda creativa, Sonja ideó en 1948 los pantalones Capri, prendas más ajustadas, con una altura de 3/4 y una pequeña abertura en cada lado exterior de la pierna que revolucionaron el hasta entonces modelo femenino basado en pantalones anchos y masculinos. Inspirada en esta ínsula del Adriático, la diseñadora los había creado para dar comodidad y elegancia a las mujeres en sus estancias vacacionales, pues así podían pasear por la orilla del mar sin mojarse la ropa.
Su propuesta fue todo un éxito que, además, logró traspasar fronteras cuando Gloria Sachs, modelo de Balenciaga y Balmain -y diseñadora de ropa deportiva después-, descubrió esta prenda durante su luna de miel en la isla italiana. Un amor a primera vista que se llevó de vuelta a Estados Unidos y que más tarde haría popular la actriz Mary Tyler Moore en la serie El show de Dyck Van Dyke.
Además, Lennart propuso dos modelos diferentes para sus originales piezas, los cuales dotó de longitudes específicas para el invierno y el verano pero siempre manteniendo su estilo seductor. En 1949, las actrices Mady Rahl y Erni Mangold se convirtieron en modelos de lujo para promocionar esta innovadora prenda en sus respectivas versiones, logrando incrementar la fama de unos novedosos pantalones que más tarde también se hicieron populares entre los hombres.
Pero, el gran salto de la colección Capri llegaría en 1952, cuando la diseñadora de vestuario de Hollywood, Edith Head, se percató del innovador y revolucionario estilo de Sonja de Lennart y la eligió para introducir sus prendas en la gran pantalla. Las faldas con cinturón ancho, el cuello alto en las blusas y los ceñidos pantalones Capri vistieron a estrellas del celuloide, aunque sería Audrey Hepburn quien de la mano de Head catapultó el nombre de la creadora alemana cuando lució todas las prendas de su línea en las famosas películas Vacaciones en Roma y Sabrina.
Head fue por tanto la encargada de dar a conocer el universo Capri de Sonja, impulsando una tendencia que no solo ha logrado convertirse en icónica sino en historia. Mujeres como Grace Kelly, Doris Day, Jane Russell, Katharine Hepburn, Gina Lollobrigida, Ava Gardner, Elizabeth Taylor, Jacqueline Kennedy, Marilyn Monroe, Kim Novak, Sophia Loren o Anita Ekberg, entre muchas más, han lucido los pantalones Capri a lo largo de los años, luciendo un estilo que en los años 50, con la llegada del Rock and Roll, se popularizó como vestimenta popular entre las jóvenes, ataviadas con pantalones Capri, jerséis de cuello alto y flatties o sandalias planas.
En su afán por innovar, Lennart fue también la primera diseñadora que utilizó everglaze en sus creaciones, una tela que su familia le envió desde California y de la que logró la licencia para su comercialización en Europa. Un aporte de capital que la ayudó a reabrir en 1955 las puertas de su salón de moda en Múnich, renovado y ampliado y bajo un nuevo nombre tras su matrimonio, Maison Haase.
Directores de ópera, de vestuario, empresarios y grandes clientes hicieron del atelier de la creadora germana una casa de culto, en la que se reunía la creme de la creme para adquirir alguno de sus diseños. Ingrid Bergman, Gary Cooper, Maria Schell, la condesa de Stauffenberg; la princesa Auersperg, la reina Soraya Esfandiary e incluso la esposa del Shah Mohammad Reza Pahlavi se convirtieron en asiduos clientes de la firma.
Lennart influyó en toda una generación con sus nuevos diseños y fue considerada una pionera de su tiempo por las principales revistas especializadas, compitiendo con grandes de la moda como Yves Saint Laurent, Paco Rabanne y André Courrèges. Desde que ella los creara, los pantalones Capri han estado presentes en colecciones posteriores de las casas más importantes del mundo y, aunque Sonja se retiró años más tarde de la moda, decidió delegar su firma en sus hijos, a pesar de que continúa supervisando cada línea que ha ido ampliando desde entonces, entre la que destacan creaciones para el hombre y perfumes.
Sonja de Lennart hizo historia y es historia. Aunque su colección Capri ha sido inmensamente copiada a lo largo de medio siglo, solo ella puede reclamar la autoría de la nueva silueta con la que dotó a la mujer de pura feminidad.