Andrés Sardá, uno de los grandes diseñadores de la moda española falleció este lunes, 16 de septiembre, en Barcelona, a los 90 años de edad. Será recordado como uno de los pioneros en llevar la moda, el estilo y la belleza de la ropa interior a las pasarelas y al mundo, dotando a la mujer de una sensualidad repleta de fantasía.
Comenzó en la moda en los años sesenta, cuando decidió crear su propia empresa de ropa interior femenina. Perteneciente a una familia con un fuerte arraigo en el sector textil catalán, revolucionó la ropa interior y el mundo de la mujer española con una fórmula que aunaba diseño y comodidad, y que consiguió alzar su firma como una de las más internacionales de todos los tiempos.
Desde la fundación de su empresa en 1962, Andrés Sardá, ingeniero textil de formación, tenía claro que el éxito de su empresa pasaba por considerar a la ropa interior como diseño y no algo «puramente funcional como sucedía hasta entonces», aseguró el catalán.
El diseñador buscó «tejidos más suaves, las formas más ligeras y los colores más fascinantes» para sus prendas, y fue uno de los pioneros en el uso de fibra de Lycra para ropa interior. Fue galardonado con premios de reconocimiento mundial, como el Creador del año del ‘Salon de la Lingerie de París’ o el Premio Nacional de la Moda otorgado por la Reina Letizia.
Hoy su sueño está más vivo que nunca. Fiel a su proyecto, siempre ligado a Barcelona, Andrés Sardá supo también ser maestro y mentor de su hija Núria, quien desde 1998 ha dado continuidad a la gran marca de lujo en que se ha convertido aquel deseo de crear belleza.
El tiempo ha condensado su esencia y actualmente la firma sigue transmitiendo el cariño y el oficio con el que se cortan las prendas. Fiel al legado de su padre, su hija es ahora la alquimista que funde con imaginación las materias más exquisitas para mantener el espíritu de su fundador.
