Llevan veinticinco años vistiendo el amor de magia, bodas de plata entre costuras de lujo que han hecho de Marco Marrero y María Diaz, dúo de diseñadores que integra la firma tinerfeña
M&M, una de las enseñas referentes en moda nupcial. Ahora, con motivo de su aniversario, la marca anuncia una gran sorpresa para festejar su trayectoria en el mundo del diseño, un espectáculo de elegancia
y recuerdos que se celebrará a finales de año en la misma Isla en la que continúan trabajando a pesar de que su éxito traspasa fronteras.
«Este 201 6 estamos de cumpleaños y ello queremos organizar un desfile muy bonito que, además, será novedoso dentro de lo que es moda. Aún no podemos desvelar mucho de lo que estamos preparando, pero será
un homenaje muy especial a nuestra tierra, pues somos de los pocos que todavía seguimos apostando por fabricar aquí. Por tanto, el evento reflejará nuestro trabajo y nuestro camino», anuncia la pareja de diseñadores en una entrevista concedida a este medio.
Marco&María (M&M) comenzaron en el mundo del diseño por hobby, cuando aún eran un maestro recién titulado y una futura periodista. Hoy, veinticinco años después, no se arrepienten de haber dado un giro a sus vidas laborales aunque a veces echen en falta aquellos inicios en los que experimentaban con ellos mismos y con sus amigos y que, aseguran, hacían «más divertida» y «menos estresante» la moda.
Su municipio natal, Puerto de la Cruz, fue el germen en el que su firma vio la luz, impulsada por amigas comunes que comenzaron a proponerles que les hicieran vestidos de novia o de fiesta. «Empezamos a trabajar en casa de otra amiga que era costurera y al ver que íbamos teniendo éxito decidimos montar nuestro primer taller. Alquilamos un piso y con una máquina Alfa, que era de mi madre, confeccionamos los primeros encargos», recuerda María Díaz.
Luego llegaron más proyectos, como en 1985 cuando impulsaron la plataforma de diseñadores Moda Arte, o su salto a nivel nacional tras ser descubiertos por la agencia de modelos Olé, lo que les permitió representar a España en la Expo 92. Seis años más tarde, en 1998, entraron a formar parte del programa Tenerife Moda del Cabildo, lo que les hizo desfilar en la pasarela Cibeles y, posteriormente, en la de Gaudí (hoy Barcelona aridal Week) donde llevan ocho años abriendo nuevos mercados en feria y cinco desfilando en pasarela, sobre la que acaba de ver, recientemente, la luz su colección 2016, delicada propuesta inspirada en la obra ‘El Gatopardo’.
Asimismo, en el año 2000 tuvieron la oportunidad de acudir como invitados a la Feria de París, que afianzó la internacionalización de la marca, una ciudad de la moda en la que repetirían experiencia en
201 5 con el famoso vestido confeccionado con la seda de un paracaídas de la Segunda Guerra Mundial.
El dúo de creadores afirma que la esencia de sigue siendo la misma que al principio, pero como diseñadores sí reconocen que el cambio ha sido radical en estos años de trayectoria. «Ahora somos empresarios, no Marco y María solamente, pues tenemos un equipo muy fuerte a nuestro lado representado por Vanesa Cabeza. En este tiempo, el trabajo ha sido constante y, además, hemos contado con personas que nos han ayudado durante el camino, desde nuestras propias familias hasta el programa Tenerife Moda que, a nivel asesoramiento, ha sido muy importante para nosotros. Nadie te regala nada y lo que hemos logrado ha sido gracias al esfuerzo y la constancia, día tras día», dicen.
Novias con un estilo propio y un marcado aire vintage que definen el peculiar y característico sello con el que la firma canaria continúa trabajando en los que más le gusta. «Conocemos muy bien lo que quiere la mujer, pues aparte de la producción de vestidos de novia también confeccionamos a medida, por lo que sabemos escuchar lo que las clientas demandan. Nuestras novias nos buscan porque nos alejamos de la oferta masiva y en serie de las multinacionales. Hacemos lo que nos encanta, no únicamente lo que es vendible. En ello radica parte del éxito», añade MyM.
Cuestionados sobre cómo ha cambiado la moda a lo largo de estos años, Marco&María matizan que «muchísimo, al igual que lo ha hecho la información». En este sentido, rememoran que cuando empezaron en este mundo las cosas se veían de otra manera, sin menos complicaciones, y aunque era mucho más difícil darse a conocer, máxime siendo canarios, los inicios fueron como un sueño. «Ahora, Internet y las redes sociales han hecho que todo cambie. Han traído cosas buenas y han ayudado a los diseñadores a darse a conocer, pero también han hecho mucho daño,
pues estar en el ojo del huracán las 24 horas del día, no solo cuando presentas colecciones, es algo muy complicado de llevar», apuntan.
«Las redes han contribuido a que el trabajo se haga visible en cualquier parte del mundo, pero otra parte han hecho que ya no exista esa magia por esperar a ver una colección, por sorprendernos, porque llegaran las
creaciones a las tiendas o a que lucieran en editoriales. Hoy en día no se espera por nada, pues las pasarelas ofrecen los desfiles en directo streaming y todo se difunde en segundos por Twitter o Facebook. En realidad, la esencia de la moda se ha perdido», subrayan.
Al respecto, María Díaz incide en que «para nosotros siguen siendo muy importantes las editoriales de las revistas, pues por mucha información y fotografías que haya en las redes, a las novias les sigue gustando ir con su ejemplar bajo el brazo cuando buscan su vestido. En este sentido nosotros hemos tenido suerte, pues los diseños gustan para fotografiar y por ello importantes publicaciones especializadas a nivel nacional e internacional nos han ayudado a promocionarnos».
Respecto a la vorágine consumista e informativa que afecta a la moda, donde se quiere comprar de inmediato lo que se ve sobre la pasarela o en la que el público se posiciona a favor o en contra de una colección a través de las redes sociales, los diseñadores añaden que «es cierto que hoy en día nos sentimos más presionados en todos los sentidos, lo cual ya se está viendo en grandes creadores como Alexander McQueen, Alber Elbaz o Miguel Androver, entre otros, que han preferido retirarse al no aguantar la tensión actual de la industria. Un diseñador se considera un artista porque precisamente es arte lo que hace, pero ahora la moda se ha vuelto tan estresante que muchos han preferido bajarse del carro», concluyen.