Aires orientales y europeos fusionan presente, antigüedad, futurismo y poesía en la nueva colección de Crucero 2018 de Louis Vuitton. Una propuesta con guiños samurais que la firma presentó recientemente en un escenario idílico, Japón.
Prendas voluminosas, repletas de superposiciones, que destacan por unos estampados en los que cobran vida las figuras grabadas en la naturaleza, paisajes dibujados, vestidos de ceremonia, las artes marciales de keikogi, el dramatismo de Kurosawa o incluso la melancolía de Kitano para vestiar a la mujer más transgresora de cara a la próxima temporada.
Pantalones urbanos y túnicas arquitectónicas han sido diseñadas bajo la insipiración de Hokusai. Jerseys de tejidos entrelazados y piel recuerdan el espíritu de los guerreros japoneses. Vestidos de noche que brillan con las máscaras doradas del arte Noh o cinturones Obi creados artesanalmente para convertirse en tendencia. Incluso bolsos y clutches han sido decorados con la máscara de Kabuki.
El diseñador Nicholas Ghesquière aúna modernidad y tradición en una colección en la que Louis Vuitton tiende la mano a ese trozo de Oriente que, a menudo, le ha servido de inspiración.
