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Helena Rohner: “La joya es la luz del cuerpo”

Es elegante y sencilla como sus joyas, pequeñas piezas que reflejan vivencias, anhelos y sueños entre líneas puras y formas simples. Plata, oro, cobre o latón que se mezcla con texturas sorprendentes como la madera, la porcelana o el mármol para jugar a crear belleza entre diseños. Más de 20 años dedicada al mundo de la joyería avalan una profesión que aprendió en Londres y que perfeccionó en Florencia, bebiendo de cada rincón del mundo la inspiración que da forma a un arte con sello propio: Helena Rohner.

Paisajes y recuerdos recrean las creaciones de una diseñadora que, a pesar de haber nacido en Gran Canaria, se marchó con 16 años de su isla en busca de un futuro personal y profesional. Primero a Madrid, después a Londres y de nuevo a Madrid ya con la idea en firme de dedicarse al diseño de joyas. Un ir y venir de vivencias y aventuras que han contribuido al reconocimiento internacional de esta artista a través de un trabajo delicado y simple, el cual contribuye a crear unas joyas reconocibles que se envuelven en fuerza y belleza.

Inquietud artística que, además, no camina sola, sino que se ha fusionado con la de diseñadores como Davidelfín, Pedro del Hierro, Carmen March o Juan Duyos para ayudarse mutuamente en esa soledad del universo creativo. Una colaboración que, también, ha llevado a Helena a abrir su taller a nuevas promesas de la joyería y del diseño, ejerciendo de madrina de futuros artistas como ha sido el caso de Andrés Gallardo.

Helena Rohner visitó recientemente Canarias para asistir como ponente de lujo al curso ‘La Moda. Marca e Identidad’, un seminario organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Tenerife bajo la dirección de Sara de la Cuesta. Previo a su conferencia, la artista concedió una entrevista para este medio, una charla corta pero intensa donde proyectó esa luz que, en su opinión, es la que transmite cada joya.

Rohner afirma que “es importante ser tu misma para ser diferente o sino acabas diluyéndote”

La diseñadora Helena Rohner durante la entrevista en el Hotel Atlántida. / Foto: David Domínguez.

La diseñadora Helena Rohner durante la entrevista en el Hotel Atlántida. / Foto: David Domínguez.

-Estudia Ciencias Políticas en Londres pero acaba diseñando joyas. ¿Qué le llevó a dar este giro?

-En la vida haces muchas cosas sin saber muy bien el por qué. En este caso la creatividad era algo que me venía muy de base, pues mi padre era un hombre de negocios pero también muy artístico que hacía marionetas, mientras que mi madre era tejedora y tintorera. Yo quería estudiar Política y me marché a Londres a cursar esta carrera. En esa misma época me apunté a un curso de joyería por las noches, el cual compaginaba con mis clases en la universidad. Al final, me gustó tanto que cuando acabé los estudios me decidí por probar en este campo. Empecé a trabajar con materiales y la joyería me enganchó.

-Imagino que cursó Política por ese necesidad de querer cambiar las cosas. ¿Le sucedió lo mismo con el diseño?

-Cuando uno diseña es por una razón, la de querer cambiar el mundo que te rodea proyectando lo que no encuentras a tu alrededor haciéndolo tu mismo. Para mi el diseño es eso, proyectar tus anhelos al mundo de una forma física en vez de política. Me encanta hacer joyas que la gente se ponga, les ilusione y se sientan bien llevándolas. Es muy especial esa sensación de que alguien que compra uno de mis anillos nunca se lo quita porque se ha convertido en parte de ella y ha logrado satisfacer un hueco que buscaba.

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-¿Podría considerarse a un diseñador de joyas como un arquitecto a pequeña escala?

-La joya es la luz del cuerpo, como una lámpara es la luz de una habitación. Cada joya, antes de crearla, tienes que pensarla e idearla en el contexto en el que va a ser usada que, en este caso, es el cuerpo. Por ello es muy importante que sean anatómicas, ergonómicas, no pesen demasiado y se adapten. En mi caso intento hacer joyas que te pongan en valor pero que no te opaquen. Las maxi joyas, por ejemplo, no entran dentro de mi estilo.

-Ya que habla de estilo. ¿Cómo definiría el suyo?

-Mi estilo no es minimal sino esencial. Formas pequeñas, limpias y honestas en las que no hay engaño. Son suaves, redondeadas y orgánicas porque están muy cerca de la naturaleza, que es mi gran fuente de inspiración. Hago joyas para mujeres, para hombres o para niños. Me gustan muchas partes del cuerpo, tanto del hombre como de la mujer, porque todos son joyas.

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-¿Considera sus piezas como esculturas en movimiento?

-En este caso serían esculturas tímidas, pequeñas y tridimensionales, pues muy pocas veces diseño algo plano. Lo cierto es que me encantaría hacer escultura a mayor escala, pero estoy demasiado capturada por la funcionalidad de la pieza y aún no me he decidido a dar este paso. Tengo muchos amigos artistas que me animan a ello y me dicen que puedo hacerlo, pero la verdad es que lo veo como un reto. Si hago joyas es porque me gusta que encajen bien en la persona y que las sientan parte de si. Es un proceso que tengo interiorizado y me cuesta muchísimo hacer piezas que luego no sirvan para nada.

-La naturaleza es parte importante de su inspiración. ¿Canarias, al ser su tierra natal, sigue influyendo aún en sus creaciones?

-Los años, y lo que vas viviendo a través de ellos, te ayudan a tener un bagaje estético. Indudablemente el mío sigue influenciado por Canarias, aunque luego vas sumando un año en Florencia, una exposición que vi en Londres, un juguete de mis hijos…todo se acumula en tu interior y sale por sitios inesperados. Recuerdo una vez que tuve que hacer una serie de entrevistas para una publicación y en este caso le pregunté a Leonor Watling cómo se inspiraba ella. Su respuesta fue que la inspiración era como un catarro, que cuando estornudas te preguntas dónde lo cogí. Creo que en la creación es algo parecido, porque hay veces que te apetece hacer cosas más ovaladas, otras más huecas y así lo proyectas. Luego te das cuenta de que son momentos determinados que te han influido y que se conectan con tu vida y con tu arte.

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-¿Y el color qué simboliza para Helena Rohner?

-El color es parte importante de mis piezas, pues a pesar de usar muchos materiales diferentes como esmaltes, piedras o cordones siempre está presente. Mi colección del verano pasado tuvo mucho color y ello se debió a que fue una época muy positiva para mi, repleta de vitalidad, renovación y fuerza que se tradujo en la gráfica de esta propuesta, que era un estallido de pintura. La próxima colección primavera-verano 2015, en cambio, será muy delicada, femenina y llena de flores, porque vivo una época más tranquila. Lo que sientes, aunque no siempre es definible, se refleja en el trabajo que va saliendo. De todas formas, son situaciones que no sólo tienen su visión en el diseño de joyas sino en cualquier ámbito de tu vida. Por ejemplo, mi casa es bastante abierta, con mucha luz y sencilla, pero me gusta cambiarla de color porque lo necesito en ese momento.

-¿Es decir, que sus joyas son reflejo de su identidad?

-Mi diseño tiene identidad y es muy reconocible por parte del público, algo que va conectado con mi filosofía, que es la de mantener una coherencia muy clara en mis creaciones. Aunque las temporadas cambien cada seis meses, los materiales y formas de mis piezas siguen siendo muy yo y ahí radica la carta ganadora. Es muy importante ser tu misma para ser diferente, porque si se intenta ser lo que los otros son o lo que quieren que seas acabas diluyéndote. Por ejemplo, es curioso ver en mis tiendas de Madrid y Barcelona algunas joyas que creé hace diez años junto a las más recientes, las cuales a pesar del tiempo siguen estando conectadas por un mismo hilo, que soy yo. Al trabajar desde el alma todo está unido aunque sea plástico o cualquier material dispar, pues al final todo se mantiene dentro de la misma coherencia. Si eres bueno en lo que haces mantienes tu identidad ya sea diseñando ropa, zapatos, vestidos o joyas.

Helena Rohner lleva más de 20 años creando joyas. / Foto: David Domínguez.

Helena Rohner luce algunas de sus  joyas durante la entrevista. / Foto: David Domínguez.

-Sus creaciones han logrado el reconocimiento internacional. ¿Cómo se consigue posicionar una marca fuera de España?

-Haberme proyectado fuera ha sido parte del éxito de mi firma, algo unido al hecho de haber tenido la suerte de educarme con una visión global y también estética. Cuando la cadena de almacenes neoyorkina Barneys se fijó en mi trabajo en París, al poco tiempo mis piezas ya se vendían en Estados Unidos y seguido en Japón, lo que ha sido muy positivo para mi marca. La constancia y el esfuerzo en mi trabajo ha contribuido a esta internacionalización, algo que cuando empecé hace 20 años no era tan común que hicieran otras firmas españolas. Ahora parece que se ha convertido en el reto de la mayoría.

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-También ha colaborado con diseñadores como Davidelfín y Pedro del Hierro e inclusive con museos. ¿Ha contribuido a que su firma sea más reconocida en su propio país?

-La colaboración con Davidelfín en la pasarela Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid ha sido tan reciente que aún no me ha dado tiempo a asimilarlo. Pero aparte también he trabajado con Carmen March, Juanjo Oliva o Duyos, además de crear piezas para museos como el Guggehheim de Bilbao o el Thyssen de Madrid. A partir de aquí los proyectos son muchísimos y creo que lo que he logrado es que no me vean como una creadora de joyas pequeñas sino como una diseñadora. Me gusta aceptar este tipo de colaboraciones porque son un reto personal que logra mantenerme viva en este mundo de la moda que, al ser tan fugaz, te devora. Por ejemplo, he realizado para Woman Secret unos clips para sus bikinis y también lámparas, juegos de té o jarrones para compañías como Georg Jensen, Kahler, Bodum y Munio. Todo es aprendizaje y romper esquemas.

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-¿Qué retos futuros tiene en mente Helena Rohner?

-Seguir aprendiendo, investigar con nuevos materiales y nutrirme de las colaboraciones con otras firmas, porque me alimentan y me ayudan en el trabajo del diseño que, por norma general, es muy solitario. También me gustaría abrir nuevas tiendas y seguir trabajando con el mármol, material con el que diseñé gran parte de los brazaletes y pendientes para Davidelfín… Quisiera también hacer una silla con este material (risas)… En definitiva, el futuro es mantenerme despierta, aprendiendo e innovando.

Texto: Mónica Ledesma.
 Fotos: helenarohner.com y Getty Images.
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