El amor se transforma en elegancia de la mano de Geyma, espacio nupcial de alta costura, galardonad
Geyma abrió su desfile con la propuesta más protocolaria para el hombre, siendo el único pase masculino encargado de deleitar al público asistente. Una colección para 2017 en la que los novios apuestan por trajes de corte entallado, solapas viveadas o bicolor, tejidos metalizados o con ligeros toques de luz, así como por los clásicos tres piezas en los que chalecos y corbatones son los encargados de crear un estilo único.
Asimismo, el perfecto caballero también encuentra su diseño ideal en el tradicional chaqué de corte inglés, frac o el esmoquin más dandi, los cuales se dotan de pinceladas de modernidad a través de americanas en terciopelo de fantasía, camisas con botonaduras oscuras, pajaritas y fajines a tono. Tonos tonos claros -como el gris perla o el blanco- pasando a tonalidades más oscuras como el gris plomo, azul marino o al eterno negro. Sobriedad clásica que dota al novio de un carismático toque de elegancia.
Un espectáculo de seducción con el que Geyma dio paso a la moda más romántica para ellas, presentando la colección de Rosa Clará para la próxima temporada. Halo de coquetería en la que vestidos rectos o corte princesa, palabra de honor, transparencias, encajes bordados, detalles de pedrería y sensuales espaldas impregnan a la novia de pura feminidad.
Mujeres seductoras que entre lazadas, efectos tattoo y recogidos italianos, espectacular trabajo a cargo del estilista tinerfeño Juan Castañeda, envuelven su amor en una paleta cromática en la que predomina el blanco puro y roto.
Novias que dejan huella, que seducen entre el movimiento de tules y gasas y, sobre todo, novias híperfemeninas que buscan sentirse guapas y radiantes en ese día especial en el que dirán sí quiero.