Dior ha viajado hasta California para vestir de inspiración vaquera y, setentera, su nueva colección Crucero 2018. Unas propuestas que están pensadas, desde su origen, para vestir a quienes pasaban las vacaciones de invierno en lugares cálidos a bordo de un barco, es decir, en un crucero. Diseños cápsula que desde hace unos años las grandes firmas han vuelto a retomar para llenar de glamour las pasarelas.
Ha sido el caso de Dior, que acaba de presentar en el desierto de Los Ángeles su colección resort. Inspirada en el descubrimiento de la gruta de Lascaux, en 1940, donde ciervos, caballos o bueyes visten las paredes de pinturas rupestres, la marca francesa retoma este espíritu de la naturaleza que ya, en 1951, fue recogido por Christian Dior para diseñar un estampado de su línea Ovale, pues la forma del óvalo recuerda a una representación primitiva de la figura femenina, a la Venus de Willendorf.
Esa feminidad salvaje y ancestral, vinculada a la magia de la tierra, ha guiado a la actual directora creativa de la casa, Maria Grazia Chiuri, a dar forma a una representación de la mujer que vuelca en el presente esa intuición chamánica, esa reminiscencia salvaje.
Los lobos, animales prehistóricos que emergen de la gruta de Lascaux, invaden los extraordinarios jacquards de seda donde el ocre, casi dorado, contrasta con el negro. Las huellas de manos femeninas, reinterpretaciones de las formas originales, se transforman en magníficos bordados de lentejuelas de matices terrosos.
Un savoir-faire que renace de los talleres Dior para crear reinterpretaciones aún más logradas en formas ideales que cuentan su historia. Una historia que modifica las proporciones y los largos para ajustarlos a los paisajes actuales, donde los atuendos deportivos se mezclan con la alta costura, donde la tradición se convierte en abstracción ornamental, donde los materiales cambian de estatus.
Estampados cargados de fuerza donde animales o símbolos del tarot, de colores violentos, se transforman en una interpretación pop de las artes adivinatorias tan apreciadas por Monsieur Dior.