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Josep Abril: «En España falta crear cultura sobre la moda»

Su ropa lleva impresa su ADN, líneas minimalistas, en algunos casos de inspiración oriental, en las que tejidos innovadores reinan sobre el patronaje. Moda para el hombre actual con la que Josep Abril ha logrado bordar su nombre al de pasarelas tan importantes como las de Madrid, París o Barcelona, su tierra natal.

Aunque se considera un escultor dormido, pasión que dejó de lado para centrarse en crear junto a su mujer su propia firma en 1996, lo cierto es que su peculiar visión de la sastrería masculina le ha valido no solo el reconocimiento internacional, sino la defensa de un estilo propio con el que intenta modelar el cuerpo a base de pespuntes sin cincel.

En 1991 ganó el primer premio Gaudí para nuevos diseñadores y,  a principios del año 2000 diseñó durante tres temporadas la colección de hombre de Armand Basi, compaginándolo con su propia marca, con la cual recibió en 2014 el galardón a la mejor propuesta de la pasarela 080 Barcelona. No obstante, tras tanto tiempo haciendo ropa, Josep Abril ya se plantea dedicarse a nuevos retos personales, alejados del mundo del diseño textil. No obstante, por el momento, asegura que su mayor suerte es continuar, después de veinte años, creando moda para una minoría.

Detallista, inconformista y rompedor de reglas preestablecidas, Josep Abril tiene las ideas claras sobre lo que hace y para quién lo hace, por lo que reafirma que en España falta crear cultura sobre la moda para que los diseñadores puedan ser más reconocidos en su propio país.

El diseñador catalán visitó recientemente Tenerife para impartir una conferencia en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo (UIMP), dentro del curso Antiguos y Modernos. Diseño de vestuario, de hombre y cajón de sastre dirigido por Sara de la Cuesta.  Allí, concedió una entrevista para El Atelier Magazine, en la cual repasa su pasado, presente y futuro como creador.

El diseñador catalán, Josep Abril, durante la entrevista. / Foto: David Domínguez.

El diseñador catalán, Josep Abril, durante la entrevista. / Foto: David Domínguez.

– ¿Por qué decidió ser diseñador y, además, especializarse en moda para el hombre?

– Fue una elección que llegó sin darme cuenta, pues de joven no tenía nada claro mi futuro. Quería ser veterinario, pero como mi familia tenía vinculación con el textil empecé a tratar con tejidos y a familiarizarme con ellos. Se dio la circunstancia de que como no me gustaba la ropa que se vendía para hombres comencé a probar con telas y a confeccionar mis propias prendas, como mi primer pantalón o chaqueta. Así me fui metiendo en el mundo del diseño, partiendo de esa necesidad de vestirme a mí mismo.

-¿Fue autodidacta en moda?

– Comencé a estudiar Bellas Artes, haciendo lo más difícil que es escultura, pero luego hice diseño de moda en la Escuela de Artes y Técnicas de la Moda (EATM) de Barcelona.

Ready to Wear Fall/Winter 2014-2015

-¿Se ha llegado a arrepentir, tal y como está el mundo de la moda, de no haber continuado con su formación en Bellas Artes?

-No me arrepiento de mi decisión, aunque es cierto que hay veces en que me hubiese gustado dedicarme a otra cosa. No obstante, me siento bien porque hago lo que quiero y, lo más importante, que cada mañana me despierto con ganas de seguir trabajando y de crear. Siempre tuve claro que quería hacer algo creativo y en la moda encontré esa posibilidad. Llevo un diseñador dentro de mi que no se aguanta.

-¿Cuál es el secreto para alcanzar el éxito?

-Ser perseverante, tozudo e insistir y, sobre todo, hacer lo que realmente sientes y te apasiona. Es entender que para disfrutar de tu trabajo no puedes dar la vida a cualquier precio ni a cualquier persona, pues lo que importa es lo que quieres, pienses y sientes. Este es el secreto tanto si eres carpintero como diseñador.

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– Josep Abril tiene un estilo peculiar, con diseños diferentes que van más allá de la moda. ¿De dónde nutre su creatividad?

– Después de tanto tiempo dedicado al diseño, casi 20 años, uno se marca una metodología de trabajo que te ayuda a saber los pasos que debes dar para poder llegar más lejos. En mi caso, la clave es no conformarte con lo que hay, sino ir más allá, estirar las cosas al máximo hasta que casi se rompan. Me apasiona innovar y experimentar con materiales diversos, desde mezclar la lana con el algodón, hervirla o aplicar resina al lino. Muchos me decían que no se podía hacer, pero cuando te prohíben algo le pones más ganas.

-Es decir, no sigue tendencias de la moda, más bien las rompe…

– Las tendencias no me importan, me dan igual, porque yo hago ropa. Hay veces que tengo suerte y lo que creo está de moda, pero otras no. Hay que recordar que el mundo de la moda se divide en grandes grupos: la tendencia, el low cost o el fast fashion y luego los grandes diseñadores, como es mi caso, que crean prendas atemporales, anacrónicas. Da igual que sean de hace diez o veinte años, porque lo que importa es que envejezcan contigo.

Ready to Wear Fall/Winter 2014-2015

– La calle es un hervidero de tendencias, pero en su caso ¿es fuente de inspiración?

-A veces sí me inspira, pero también lo hacen mis amigos, una historia que me cuenten, películas, viajes, libros, un trabajo que hago, una persona que conozco e incluso hasta una pieza militar antigua que he comprado en un mercadillo. Todo nutre.

-¿Considera que hoy en en día el hombre se atreve más con la moda o que se preocupa más por su imagen?

– Para nada. En cuanto a moda, yo viví la gran movida de los años 80 en Barcelona y lo de aquel entonces no tiene nada que ver con lo que hay ahora. En  esa época íbamos extremados y hoy todo es anodino, a excepción de esa nueva sastrería que está surgiendo o los hipster, que podrían darle un nuevo impulso. En cuanto a la imagen, el hombre se preocupa más por el móvil o el coche que tiene que por llevar un buen traje, lo cual en las nuevas generaciones aún es peor, pues solo les interesa vestir de marcas como Nike.

Ready to Wear Fall/Winter 2014-2015

– Ante este panorama, entonces su mercado no es España, donde el hombre arriesga mucho menos a la hora de vestir…

– He vendido siempre mucho más fuera que en España, sobre todo ocho años atrás, cuando la empresa era más grande que en la actualidad.  Alemania y sobre todo Japón eran mis grandes mercados. Ahora tenemos una tienda en París junto a otros diseñadores y funciona muy bien.

– ¿Cree que en España no se apoya lo suficiente a los diseñadores?

– Lo cierto es que cuesta más abrirse camino en tu propio país que fuera, pero es más un problema de consumo. En mi caso, como catalán pragmático, lo que quiero es vender mi ropa y encontrar mi clientela. No obstante, hasta que la gente no crea en los diseñadores españoles y siga con esa mentalidad de comprar un traje de Gucci solo por la marca y porque es italiano, pues no tendremos mucho futuro. Lo que se debe hacer es ayudar a cultivar al público, porque falta cultura de la moda. Si te hablan de diferentes estilos de música todo el mundo tiene muy claro que es rock o pop, pero cuando se trata de moda la mayoría se hace un lío tremendo. Por ejemplo, en la pasarela 080 desfila Mango, Cóndor o Desigual y todo se mezcla. No se puede exigir lo mismo a determinadas marcas que a Txell Miras, Custo o Josep Abril.

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– ¿Ha desfilado en París, pero se vería en Nueva York, como Custo, o prefiere la pasarela 080 Barcelona, de la que ya es asiduo?

– No busco desfilar en pasarelas internacionales, porque mi moda no es tan industrial como la de otros diseñadores. He desfilado en Madrid y París y la experiencia no fue factible.  En cambio, la 080 es más cómoda, pues estoy en casa y además cuenta con un casting internacional de modelos. Pero lo cierto es que la pasarela es una etapa que ya tengo superada.

– ¿Opina que habría que cambiar el concepto actual de pasarela para ofrecer la moda desde otra perspectiva?

– Creo que hace falta dar un giro a las pasarelas, aunque en los últimos años algo está cambiando. Ya las grandes marcas no presentan lo que sacarán dentro de seis meses al mercado, sino que impulsadas por el consumismo exprés se ven en la necesidad de sacar colecciones que tras verlas desfilar se puedan comprar en la tienda. En cuanto a la presentación física también se está viendo una evolución, pero al final siempre es lo mismo.

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– ¿Le queda algo por hacer a Josep Abril? 

– Me gustaría tener más tiempo para mi.

– ¿Y la mujer no entraría en esos retos futuros?

– He confeccionado para mujer, pues aparte de la ropa masculina también trabajo como figurinista para ópera y tengo una línea de uniformes y de sastrería a medida, en la que se incluye la mujer.  Pero aún así me siento más identificado diseñando para el hombre.

Josep Abril posa en la nueva sede de la UIMP en Tenerife. / Foto: David Domínguez.

Josep Abril posa en la nueva sede de la UIMP en Tenerife. / Foto: David Domínguez.

– Ya trabaja en su nueva colección. ¿Podría adelantar algo de lo que veremos en pasarela?

– Aparte de preparar mi nueva colección, actualmente estoy realizando el vestuario para una nueva ópera en Madrid, otra que se estrenará en febrero en Lyon y los nuevos uniformes para una aerolínea. En cuanto a la propuesta para la próxima temporada será una evolución de mi anterior colección.

– ¿Cuál es su sueño inalcanzable?

– En el fondo desearía retirarme de la moda dentro de unos años y dedicarme a la escultura. Hace más de veinte años que guardo en una caja muchas maderas que recogía en la playa y que ya el mar había trabajado, con las cuales montaba esculturas muy bonitas que aún están ahí, esperando que pueda continuar con ellas. Después de tanto tiempo aún me pregunto cómo sigo teniendo ganas de seguir creando moda. Quizás sea por ese ansia de superarte a ti mismo.

 

 

Texto: Mónica Ledesma.
Fotos: David Domínguez/ 080 Barcelona.
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