Balenciaga regresa a sus orígenes y reestructura su actual tendencia millennial para centrarse en la alta costura. La marca, que nació del atelier del español Cristóbal Balenciaga, ha comenzado a dar los pasos de la mano de su actual director creativo, Demna Gvasalia, presentando su nueva colección de Invierno 2021 en la Semana de la Alta Costura de París, donde hace un guiño claro al estilo del gran modisto y fundador de la firma.
Gvasalia ha comentado a la web WWD que el objetivo con su colección es «traer la costura al contexto moderno y comunicarlo a la audiencia actual. Muchas personas no saben que Balenciaga es una marca de costura de 100 años. Creen que es una firma que comenzó con las deportivas Triple S. Por eso, de alguna forma, es algo educacional, pero también que quiere señalar que lo más importante es la moda, y para mí la alta costura es su máxima expresión”.
François-Henri Pinault celebra que este movimiento de ajedrez fashionista adentre al grupo de lujo Kering en la Costura y asegura que “no se trata de mirar al pasado, sino de proyectar la moda hacia el futuro”. «La Costura está por encima de las tendencias, de la moda y del proceso industrial. Es una forma de expresión atemporal y pura de la artesanía y de la arquitectura de las siluetas, que aporta a quien lo lleva una extraña noción de elegancia y sofisticación», explica el director creativo en la nota de prensa.
En la nueva propuesta, la firma ha vuelto a elevar el denim a la categoría Couture con multitud de jeans flare e incluso con total looks en los que las cazadoras vaqueras presumían de alma deconstructiva. El show, unisex, ha hecho de los botines en punta el calzado de las salidas y ha combinado trajes con abrigos acolchados.
Los sombreros de Philip Treacy han contribuido a dar un toque de ese glamour de antaño a cada look presentado. Y en el afán de la marca por eliminar las barreras que rompen y separan las ocasiones de uso, incluso las sudaderas son ahora dignas de la categoría Couture, con volúmenes clásicos de Gvasalia
El broche final de la colección es un diseño nupcial vanguardista de Balenciaga centrado en un vestido ‘trompe l’oeil’ de jaquard de seda del atelier Jean-Pierre Ollier inspirado en los archivos del propio Cristóbal Balenciaga pero con pantalones cigarette de lana.