Hilos que se transforman en fibra óptica y agujas que se convierten en alicates conforman las nuevas herramientas que enhebran el futuro de la moda al de la tecnología. Creatividad que se aleja del tradicional atelier para construir tendencias a prueba de laboratorio, donde el sonido de las máquinas de coser se sustituye por el de probetas, softwares y microchips. Moda del siglo XXI que ha encontrado en la diseñadora Elena Corchero una de las máximas exponentes a nivel mundial, gracias a una labor en la que investigación y desarrollo se fusionan para crear artesanía a través de piezas ‘geek’.
La creadora canaria, radicada en Londres, ha conseguido construir un universo de infinitas posibilidades en el que la moda más sostenible da origen a líneas de productos que han dejado de ser ficción para erigirse en realidad. Aunque ella se considera una especie de mediadora entre la ciencia y el arte, lo cierto es que su visión futurista se adelantó en 2008 a la gran revolución de los llamados wearables o diseños inteligentes, al desarrollar prototipos que han sido reclamo de marcas tan conocidas como Hugo Boss, Cadbury, PlayStation o Disney, entre otras.
Elena Corchero.
Elena Corchero es un referente en el mundo ‘wearable’ y sus diseños son reclamo de Hugo Boss o Disney
A través de su empresa Lost Value ha integrado la tecnología a objetos simples y cotidianos, naciendo de esta mágica fusión colecciones de joyería fotosensible que pueden ayudar a prevenir el melanoma gracias a los cristales Albedonite; chaquetas que exteriorizan la felicidad y se abren cual pavo real cuando se come chocolate; bufandas y gorros reflectantes que ayudan a mejorar la seguridad vial o juguetes interactivos para los más pequeños.
Línea de joyería sostenible de Elena Corchero.
Clientes internacionales como BBC, London Design Museum e inclusive los Juegos Olímpicos de Londres han contado con la experiencia de la empresa liderada por Corchero para potenciar los beneficios de la I+D al servicio del consumidor. Con tres marcas actuales de productos, las cuales abarcan ropa (LFLECT), joyas eco-friendly (Ecolorium) y juguetes (ZippyKit), el trabajo de la diseñadora ha sido reconocido, además, con galardones tan destacados como el premio de Joyería Contemporánea (FAD de Barcelona) o el de Emprendedor del Reino Unido Young Fashion (British Council).
Elena Corchero trabaja en uno de sus wearables.
Elena nació en Arrecife de Lanzarote, aunque su adolescencia la pasó entre Extremadura y Barcelona, un corto período tras el cual volvió a Canarias para estudiar Derecho y Bellas Artes en la Universidad de La Laguna (Tenerife). Posteriormente se marchó a Alemania y allí fue donde se inició en el campo del diseño industrial, un sector que ya no abandonaría. Su defensa de la artesanía fusionada al de los materiales del futuro la llevó a trabajar en el MIT de Dublín, el instituto referente en tecnología, desde donde saltó a la prestigiosa Central Saint Martins de Londres para cursar un máster sobre el sector. En 2007 regresó a Escocia donde, un año después, fundaría su empresa.
No obstante, sería en 2010 cuando la diseñadora tomó la decisión de trasladar su negocio a Londres, ciudad que desde entonces se ha convertido en su hogar y en el centro neurálgico de su equipo. Aunque hace ya tiempo que no regresa a las Islas, e incluso casi ha olvidado expresarse en castellano porque su profesión la mantiene viajando por diferentes países para impartir conferencias en inglés, no obstante Canarias está en su mente, tanto que baraja poner en marcha un proyecto con el que extrapolar parte de sus conocimientos a su tierra natal. Una tecnóloga de la moda que vale la pena conocer.
Joyas eco-friendly, prendas reflectivas o chaquetas que exteriorizan la felicidad son algunas de sus creaciones
-¿Cuánto tiempo lleva dedicada al diseño tecnológico y por qué decidió aplicar sus conocimientos a este campo?
– El mayor salto fue al trabajar en el MIT Media Lab Europe en 2004. Decidí especializarme en el ámbito diseño/ciencia, ya que desde mi punto de vista el uno no puede existir sin el otro. Estamos viviendo un momento crucial de desarrollo tecnológico que se infiltra en todas las áreas profesionales imaginables.
- ¿Cómo llega una canaria a Londres y, además, consigue triunfar en una ciudad tan competitiva?
– Hay muchos canarios en Londres que han encontrado aquí la combinación perfecta para crecer y darse a conocer. Talento no falta en las Islas, sino un ambiente y mercado competitivo donde la creatividad y la innovación no sólo se valoren altamente sino que se reconozca como la clave del triunfo de una sociedad.
– ¿Cuál es la esencia de su firma Lost Values y hacia qué público va dirigida?
– La esencia es lo que yo llamo Means & Meaning (Medios y significado). La tecnología ya ha demostrado que puede innovar nuestros ‘medios’ de creación (materiales, herramientas y conocimiento) y ahora es el momento de enfocarse en cómo innovar el ‘significado’ de lo que creamos (para el consumidor, para la sociedad, y para el planeta). Todos mis productos están diseñados con concienciación sobre el medio ambiente y responsabilidad social. Y aquellas empresas que ignoren la importancia de este área empezarán a perecer y a ser criticadas por los consumidores. Respecto al público que elige mis productos o asiste a mis charlas he de decir que el perfil es muy amplio en cuanto a edades e intereses, pero mi enfoque se basa en el respeto a todas las culturas y patrimonios, conceptos que pueden prevalecer al introducir la tecnología. En cambio, lo que los une es lo que llamo smart consumerism (consumismo inteligente), por lo que mi finalidad no es otra que la de inspirar un movimiento de consumo en el que ofrezco productos como ejemplo de lo que se debe demandar. En general muchos entran en el área de regalos y cuando uno hace un presente a un ser querido está demostrando que conoce a la persona y lo que es importante para ella, es un halago a alguien que admiramos y ha de tener un significado profundo.
– ¿Cuesta introducir los llamados tejidos inteligentes en una sociedad de consumo tradicional?
– Educar al cliente lleva tiempo, pero en el caso de los tejidos inteligentes hemos visto lo fácil que el mundo wearable se ha filtrado en el mercado a través de los smart watches.Lo complicado con los tejidos no es generar una demanda, sino una oferta que se pueda producir a gran escala y con precios competitivos. La estética de proyectos de tejidos inteligentes también juega un papel importante y para ello siempre aconsejo inspirarse en materiales y formas a las que el consumidor ya esta familiarizado, por eso el smart watch se puede vender, pues está camuflado en un producto muy familiar para nosotros, el reloj, y el consumidor no ha de cambiar su estética o hábitos diarios para disfrutar de la tecnología.
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- ¿La tecnología wearable qué puede aportar a la industria textil?
- Puede aportar muchísimas cosas. Tejidos impresos en 3D, reflectantes, que nos protejan de las ondas electromagnéticas o los rayos UVA, joyas sostenibles…El problema es que aún no es posible la manufactura en alta escala y la estética de estos productos necesita ser mas familiar al consumidor. Por el momento, el precio y su mantenimiento de los wearables no es asequible. En mis colecciones todos estos aspectos forman parte de la etapa inicial de la investigación y las piezas que ya he desarrollado consiguen eliminar por completo estas barreras.
– Ha trabajado para grandes firmas internacionales e incluso tiene la suya propia. ¿Qué ha aportado con su investigación?
– Para las grandes marcas hay cuatro formas de trabajar y todas aportan un nivel de innovación utilizando materiales inteligentes y electrónica. Lo ideal es siempre formar parte de las conversaciones y brainstormings iniciales de cada proyecto, pues si hay un problema a solucionar se desarrolla un sistema de análisis para buscar e implementar la solución adecuada. La segunda forma de trabajar es cuando el cliente ya tiene una idea desarrollada y necesita que nuestra empresa realice la implementación. La tercera es cuando la empresa quiere trabajar con nosotros para usar uno de nuestros proyectos en mercado. Y la cuarta es la transferencia de conocimiento, donde en mi caso imparto cursos de CSR Design Research Methods (Métodos de investigación de diseño con responsabilidad social) a los equipos creativos de esas empresas para que tengan nuevas herramientas de innovación.
- ¿En qué se inspira para crear o cuáles son las prioridades a la hora de sacar adelante un prototipo?
– Por lo general hay dos vertientes. O me inspiro por un problema que quiero resolver o por una tecnología o material que me fascina. La finalidad puede ser un proyecto único o un producto para producir y traer al mercado. La prioridad para mi es desarrollar aquellos proyectos que tengan un máximo impacto en el área de consumo inteligente.
¿Actualmente, en qué proyectos trabaja?
– Hace dos meses instalamos nuestro laboratorio en las oficinas de Omnicom Media Group en Londres para así estar más cerca de las grandes marcas que nos contratan. En este corto tiempo hemos comenzado conceptualizaciones para Lego, Playstation, Seat, Peugeot, HP, Disney, Starbucks y lo más interesante, también para empresas con fines sociales como el Servicio Nacional contra el Abuso Infantil y la Asociación Británica del Corazón. Hemos ganado un premio para trabajar con DIAGEO en el desarrollo de publicidad que se ilumina sin electricidad y, además, este año hemos hecho dos campañas para Johnnie Walker y Smirnoff. Asimismo, estamos introduciendo Biotech en nuestro research e impulsando el crecimiento del departamento de nuestra empresa encargado del diseño de los cursos sobre transferencia de conocimientos. En cuanto a nuestros productos, para San Valentín 2016 nuestro enfoque va hacia la joyería UVA y su aportación a la investigación sobre el melanoma. Investigaciones siempre a nivel internacional ya que vendemos online y tenemos clientes en todo el mundo.
- ¿Considera que estamos ante una nueva revolución de la moda?
– Estamos en general ante una nueva revolución industrial. En Alemania se ha bautizado como la industria 4.0 y es algo imparable. Acabo de llegar de China como ponente de una conferencia y allí ya se plantea una reforma educativa en este sentido, pues las nuevas industrias están altamente robotizadas sin necesidad de intervención humana. En el ámbito de la moda el cambio está llegando con fuerza, al igual que en el sanitario, pues cada vez más se crean prótesis inteligentes de diseño. Hay que estar muy atento a lo que llegará en 2016 en este campo, sobre todo en los implantes. Esto significa que muchos avances tecnológicos ni siquiera llegarán a estar en la ropa sino directamente integrados en nuestro cuerpo. Los médicos ya están preparados para este gran cambio gracias a la demanda de cirugía plástica y, además, el consumidor está acostumbrado a aceptar intervenciones en su cuerpo como algo común. Cuando la tecnología esté ultimada, habrán muchas personas que no se lo pensarán dos veces.
– Es curioso que en España y, en Canarias en particular, sus diseños no sean tan conocidos como en el resto del mundo. ¿Planea regresar a las Islas para dar a conocer su trabajo?
– Lo que quiero plantear en Canarias es la posibilidad de constituir un centro de investigación e intercambio de equipos internacionales, aunque es un plan que tengo para los próximos cinco años en colaboración con las universidades, con el fin de poder enviar equipos de Londres a Canarias para refrescar ideas y llevar inspiración, impartiendo cursos y trabajando con clientes desde las Islas, una especie de knowledge holidays(vacaciones de conocimiento) para unir experiencias únicas fuera del estrés de la gran ciudad.
– ¿Qué consejo le daría a las nuevas generaciones de diseñadores españoles?
– Que la mejor forma de predecir el futuro es crearlo y que todo es posible. Partiendo de este principio, la conclusión es que uno ha de imaginar primero diferentes futuros, segundo escoger el mejor y tercero, crearlo.
Texto: Mónica Ledesma.
