A Beatriz de la Rosa el mundo le cambió en cuestión de segundos. El pasado día 17 de marzo escuchó como su nombre era el elegido por el jurado como ganador del VIII Concurso de Jóvenes Diseñadores de Tenerife, un premio dotado con 3.000 euros que, en esta ocasión, se ha quedado en la isla que acoge este evento de carácter nacional. Con su colección ‘La expresión de lo abstracto’, la experta en diseño gráfico logró imponerse a los otros cuatro finalistas con una propuesta a todo color, un galardón que, asegura, no se esperaba. “Aún ni me lo creo, pues no imaginé que iba a ganar ante la calidad de los diseños presentados por el resto de participantes. Estoy muy contenta porque ha sido una recompensa a los más de dos meses de duro trabajo que me llevó confeccionar la propuesta”, apunta.
La flamante vencedora de Jóvenes Diseñadores, una vez asumida su victoria, lo que sí tiene claro es en qué invertirá el dinero del galardón. Al respecto, añade que “la idea es destinarlo a textil y sacar una colección cápsula que incluya las prendas más comerciales y que más han gustado, pues hay muchas personas que se han interesado por ellas. Es bastante caro confeccionar, pues se exige una producción mínima, por lo que mi intención es destinar el dinero para paliar esta inversión y poder tener algo propio en el mercado. Me gustaría seguir dedicándome a la moda, pues en este certamen he aprendido muchísimo y quiero seguir haciéndolo, pero siempre vinculada a mi profesión, el diseño gráfico”, dice.
Es la primera vez que Beatriz de la Rosa se adentra en solitario en el mundo del diseño. Su colección no despuntaba por un gran patronaje ni líneas novedosas, sino que se centraba en prendas sencillas, con aires casual y sport, en las que el único protagonista ha sido el estampado diseñado por la creadora, el cual fue subliminado en texturas como poliester, crepe, lana sintética, lycra, tul elástico o acetato. Una explosión cromática que, en tonalidades naranjas, amarillas, verdes, azules y negras fueron las encargadas de construir siluetas sencillas para hombre y mujer.
Trazos geométricos inspirados en el movimiento expresionista y en sus máximos exponentes, Jacques Pollock o Mark Rothko, cuya influencia artística cobró vida entre prendas que hacían un guiño, además, a la corriente del Action Painting y a la técnica Dripping, consistente en salpicar de forma espontánea la pintura encima de un lienzo. Una colección en la que faldas, capas, pantalones palazzo y culottes, abrigos con cortes rectos y detalles en terciopelo, escultóricas hombreras, camisas con flecos, monos ceñidos o camisas a modo de sudadera sin mangas para los hombres se erigieron, junto a la única propuesta de moda baño que se vio en el concurso, en estrellas.
Una propuesta que ahora también formará parte de esa pequeña línea que la diseñadora quiere sacar a mercado sin que ello signifique dejar de colaborar con la firma conjunta que también mantiene con Ros Jiménez, fundadora de la marca Roselinde, y con la que acaba de presentar su segunda colección para la primavera-verano 2016. Igualmente, otro reto que baraja Beatriz de la Rosa sería diseñar estampados para otras firmas de moda a través de su empresa tiposmedia, aplicando así las técnicas del diseño gráfico a nuevos soportes.