Coco Chanel amaba el mar y, por ello, lo transformó en moda. Reconvirtió los tradicionales atuendos de los marineros en el estilo más chic del París de los años 20 y 30, camisetas de rayas azules y blancas y pantalones estrechos que todas las mujeres deseaban tener. Creó el primer bañador femenino de lana para dotar al cuerpo de movimiento, recortando el largo para crear conjuntos de pantalón corto y camiseta más cómodos y, aparte, logró hacer del sombrero canotier un objeto de deseo femenino.
Su revolucionario estilo no solo marcó un antes y un después en las mujeres, a quienes dotó de más libertad, sino que también lo hizo en la historia de la moda. Un París de la Belle Époque que comenzó a exportarse al mundo, llegando incluso a Cuba que, en aquellos años, era sinónimo de refinamiento y estatus. La clase alta americana y europea paseaba por La Habana ataviada con sus mejores galas. Habían fiestas, lujo y mucho, mucho dinero… hasta que la Revolución acabó con todo el glamour.
Casi un siglo después, Chanel ha vuelto a vestir el mar que tanto amó. Este pasado martes, la maison parisina, al frente de su director creativo, Karl Lagerfeld, devolvió el esplendor de antaño a la capital cubana, al elegir los leones del Paseo del Prado como el lugar fetiche para presentar la nueva colección Crucero 2017. Un desfile que además de congregar en La Habana a top models y editores de moda de todo el mundo ha acercado de nuevo el lujo europeo a un país que comienza a abrirse al mercado internacional, convirtiéndolo en fuente de inspiración para la marca.
Por ello, Chanel ha viajado con su propuesta hasta el Caribe para escribir, de nuevo, un capítulo en la historia, ya que ha sido esta exótica isla el primer destino de Latinoamérica en el que celebra el esperado desfile. Una pasarela por la que han desfilado famosas modelos internacionales, junto a maniquíes cubanas, además de un joven de 19 años llamado Tony Castro, nieto del ex presidente Fidel, que se convirtió en una de las principales estrellas de la velada.
Estilismos con inspiración en el tradicional habano y en el trópico y en los que han destacado combinaciones de elegantes blazers con pantalones palazzo, conjuntos de short y saharianas, vestidos vaporosos, el emblematico tweed de la casa combinado con camisetas con mensajes referentes a la cultura cubana como “Viva Coco Libre”, sombreros panamá, boinas, flores, cinturones, perlas, broches, zapatos bicolor y, por supuesto, los colores de Chanel y los colores de La Habana.
